Quiénes somos ?

TIERRA MAYA de Renaud & Céline: nuestra historia es simplemente una historia de encuentros...

  • restauradores de temporada en Marsella durante 20 años, hemos descubierto con el tiempo nuestra pasión por los viajes, las culturas, los lugares insólitos, la gastronomía mundial.
  • en 2017, decidimos atender el llamado de la tierra lejana, vendimos nuestro restaurante familiar y partimos con nuestros tres hijos, a México , sin pasaje de regreso.
  • en el recodo de una playa desierta, en la punta de la biosfera de Sian Kaan, nos encontramos por casualidad, Michel y Magda .
  • esta pareja franco-mexicana, apicultores apasionados por la cultura maya, han optado por adaptar el proceso ancestral de recolección de las abejas meliponas a las abejas apis. Cosechando así una miel rara, pura y con un sabor auténtico.
  • admirados y enamorados de esta miel, tuvimos la loca idea de crear Tierra Maya para darla a conocer en Francia, no es un competidor sino otro terroir, otro sabor, otra historia...
  • nuestro deseo: ¡continuar nuestros viajes, nuestros encuentros y ofreceros otros tesoros escondidos!

Un poco de historia...

La miel ha sido utilizada desde la noche de los tiempos por muchas civilizaciones, que le dedicaban un importante culto y consideraban divina a la abeja.

En México, Ah-Muzencab, dios de las abejas y la miel, es uno de los dioses más importantes de la cultura maya de la península de Yucatán. Era el responsable de la protección de las abejas y la miel. Reverenciaba el amor y el respeto que los mayas tenían por estos insectos que producían su edulcorante y medicina.

Los mayas utilizaban la miel por sus beneficios terapéuticos (chamanes), durante bodas y "lunas de miel", ceremonias religiosas o como medio de pago. Hoy sabemos que los mayas lo veían como una sustancia sagrada y energética. Por eso era un tesoro que había que cuidar y, según la antigua tradición, eran los nobles quienes lo cuidaban.

Los pueblos antiguos, mayas, aztecas y toltecas, explotaban abejas muy dóciles y sin aguijón, las llamadas meliponas "nativas", importantes para la polinización de muchas plantas nativas.

En 1650, los conquistadores españoles trajeron consigo la "apis mellifera", o abeja doméstica, especie que pronto conquistó todo México.

¡Un saber hacer ancestral!

En la selva, las abejas, como muchos insectos, construyen su hábitat en troncos huecos, vivas o muertas. Y eso es protección contra la intemperie.

En México, hace 3000 años, los mayas tenían la tradición de utilizar los troncos de los árboles para construir colmenas para las abejas melíferas.

Es este saber hacer ancestral el que todavía utilizamos hoy en día para la "miel de melipona" o "Xunaan Caab". Miel altamente medicinal, por su nivel de concentración ya que solo recolectamos 1kg/colmena.

Michel, por lo tanto, hace 30 años, puso a disposición colmenas de tronco para abejas apis además de las colmenas de marco tradicionales. Esto permite cosechar una miel más generosa, menos concentrada que la de los melipones pero de gran calidad. Es la " Miel de las abejas de la selva maya ".

Los troncos de los árboles se ahuecan para crear cavidades que sirven como viviendas para las abejas. Las colmenas de troncos se fabrican con troncos de árboles locales como cedro, pino, zapotier...
Las ventajas de usar colmenas de tronco son que son duraderas, naturales y fáciles de manejar.

Las abejas no se sienten amenazadas y podemos recolectar sin fumar; podemos hablar de armonía entre el insecto y el apicultor.

La importancia de nuestro trabajo:

En todo el mundo, las abejas están amenazadas por la actividad humana, el cambio climático y la competencia cada vez mayor.

En la selva, el 80% de las especies vegetales dependen
directamente de la polinización de insectos. Como agente polinizador, la abeja contribuye significativamente a este equilibrio, siendo por tanto el eslabón fundamental en la supervivencia, evolución y reproducción de las plantas autóctonas.

Los mayas se autodenominaron "los habitantes de la selva" y vivieron en base a un conocimiento profundo y una forma de vida compatible con la conservación de la selva durante generaciones.

Los melipones se han visto afectados por la deforestación y la competencia con
abejas melíferas importadas.

Por eso somos apicultores comprometidos con la protección del hábitat natural de nuestros melipones y apis; regularmente plantamos plantas y arbustos de abejas para complementar el trabajo de nuestras abejas y así luchar contra la amenaza.

Trabajamos en estrecha colaboración con un centenar de familias de apicultores locales para perpetuar el saber hacer de su cultura y concienciarles de la importancia de esta preservación.